Está
es una pregunta que se hacen muchos profesionales que tratan a pacientes con úlceras,
pero la respuesta no es clara. Un articulo recientemente publicado nos
proporciona algunas claves:
Gethin
G, Grocott, Probst S, Clarke E. Current practice in the management of wound odour: an international survey. Int J. Nurs. Studies. 2014. 51:865-874.
Entre
los síntomas derivados de las ulceras crónicas, quizás el olor, es uno de los
que mas afecta a la vida de los pacientes y su relación con los demás, causando
aislamiento social, sentimientos de culpa, repulsión y depresión. Como los
profesionales que trabajan en curación de heridas saben, la presencia de mal
olor es un signo muy frecuente, y sin embargo muy poco valorado y considerado
en el abordaje terapéutico.
El
articulo que da pie a esta entrada en el blog es una investigación realizada
mediante una encuesta on-line a profesionales sanitarios (mayoría de
enfermeras, pero también médicos, cirujanos, podólogos) de 36 países, entre ellos España, sobre
aspectos de su práctica para la valoración y el manejo del olor en úlceras
crónicas de diversa etiología.
A
pesar de que existe consenso sobre la necesidad de valorar la presencia de olor
en las úlceras, no hay un método de valoración aceptado y fiable, aunque se han
desarrollado algunas escalas. En esta encuesta solo un 12% de los profesionales
indican que consideran el olor en la valoración, la mayoría usando algún
adjetivo para describirlo (ofensivo, pestilente, fuerte, fétido, nauseabundo…) –un
listado completo de adjetivos puede leerse en el articulo- ; esto pone de
manifiesto una vez más la distancia que hay entre la teoría de lo que hay que
hacer (según las guías de práctica clínica) y la práctica real.
En
esta encuesta, los investigadores preguntaron sobre los tipos de apósitos o
productos que usaban para tratar úlceras con mal olor, y lo que es más
interesante, sobre la eficacia percibida para los productos usados por estos
profesionales. Los productos usados con más frecuencia son, en orden decreciente:
alginato con plata; alginato; carbón
activado; espumas; hidrogeles; hidrofibra con plata; hidrofibra; espuma con
plata; hidrocoloide. El metronidazol gel
aparece en el penúltimo lugar (puesto 14), y sin embargo es considerado como el
producto con mayor eficacia. El resto de productos en orden decreciente de
eficacia son: carbón activado; alginato con plata; hidrofibra con plata; y apósitos con yodo. Parece claro que los
apósitos con antimicrobianos están entre los más efectivos para controlar el
olor, según la experiencia de estos profesionales. Aunque el metronidazol es el
principio activo más eficaz frente al mal olor, su escaso uso se debería, según
los autores de la encuesta, a poca disponibilidad en algunos países, mayor
coste y necesidad de prescripción médica para su empleo. Además, faltan
protocolos estandarizados y precisos para su uso, tanto en dosis (los preparados
comerciales van del 0,075% al 0,8%), cantidad a aplicar y frecuencia. También
es muy frecuente el empleo de 2 o más productos o apósitos diferentes, en
combinaciones muy diversas, sin que aparezca ningún patrón preferente, que
traducen un enfoque de “ensayo y error” en el manejo del mal olor en úlceras,
es decir los profesionales van probando productos, para ver que pasa.
Un
resultado inesperado de esta encuesta internacional, es un pequeño, pero
significativo porcentaje (8 %) de profesionales que aplican aceites esenciales de aromaterapia en el lecho de la herida
para tratar el mal olor, siendo los mas usados, aceite de lavanda,
aceite de limón, menta, o naranja. Son valorados como “muy efectivos” por entre
un 20 y un 38 % de los profesionales que
los usan. Además muchos de estos aceites esenciales son usados como agente
ambiental en la habitación o el entorno mas próximo de los pacientes. Este
campo de la aromaterapia en la práctica enfermera, está
muy poco explorado, y faltan investigaciones rigurosas, aunque ya empiezan a
existir algunos estudios. Tal como los autores del articulo comentan en la
discusión, el uso de estos aceites puede
ser coste-efectiva, aunque se necesita más investigación para valorar riesgos y
posibles efectos adversos, teniendo en cuenta que su uso no está regulado como
terapia.
En
resumen, el abordaje del mal olor en las úlceras crónicas, es un aspecto poco
valorado, sobre el que no hay suficiente soporte en las guías de práctica
clínica, y que sin embargo produce mucho malestar y preocupación en los
pacientes, sobre todo en los que tienen úlceras neoplásicas, pero también en
úlceras venosas y úlceras por presión.
Lanzo
una pregunta para los comentarios o la auto-reflexión, realmente, ¿con que
frecuencia consideráis el olor como un problema al tratar a un paciente con
úlceras crónicas? ¿Lo valoráis y recogéis en la historia clínica del paciente,
o se pasa por alto, sin comentar nada al paciente, para no ofenderlo, pero sin
preguntarle si esto le causa malestar?
Pedro L. Pancorbo
Hidalgo
Miembro del comité director del GNEAUPP.
Profesor del departamento de Enfermería en la Universidad de Jaén.
Responsable del Grupo de investigación "Enfermería" CTS-464 del Plan Andaluz de Investigacion, Desarrollo e innovacion.
Miembro del comité director del GNEAUPP.
Profesor del departamento de Enfermería en la Universidad de Jaén.
Responsable del Grupo de investigación "Enfermería" CTS-464 del Plan Andaluz de Investigacion, Desarrollo e innovacion.
Mal Olor en las heridas? Utilizar carbon activado sigue siendo una opcion bastante válida.
ResponderEliminarcomo es ese carbon activado amigo se que es muy viejo estos comentarios pero seria de mucha ayuda gracias
ResponderEliminarBuemas tardes mi abuela tiene escaras y huele muy mal en toda la casa
ResponderEliminarque podemos usar?
Hola buenas mira mi abuela tiene escaras ulcera y uele muy feo me pueden ayudar gracias
ResponderEliminarTengo un pie infectado x la diabetes pero no puede sanar ahora huele muy feo
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